Museo Nacional de Antropología de la Ciudad de México

Ubicado en el Bosque de Chapultepec, el Museo Nacional de Antropología es el recinto cultural más importante de América Latina. Descúbrelo de la mano de uno de sus más reconocidos investigadores.

Edificado dentro del ámbito del Bosque de Chapultepec, a lo largo de 46 años el Museo Nacional de Antropología ha brindado la oportunidad a millones de visitantes de viajar en el tiempo y en el espacio territorial de México para conocer los alcances de las civilizaciones que lo poblaron, sus creaciones artísticas, sus logros tecnológicos y sus aportaciones al conocimiento universal

Así también, esta afamada institución museística muestra la identidad y la cultura de los diversos grupos étnicos que habitan actualmente el país y que conforman un rico mosaico de tradiciones y costumbres.

El Museo Nacional de Antropología fue inaugurado el 17 de septiembre de 1964 por el entonces presidente Adolfo López Mateos; el diseño y la dirección de su construcción se debió a la creatividad del arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, quien creó una obra que se consideró la propuesta de la arquitectura de museos más avanzada de su tiempo, y que hoy se ubica entre los clásicos de aquellas construcciones dedicadas a exhibir el patrimonio cultural y artístico de una nación. Es sin duda uno de los diez museos más importantes del mundo.

Tomando en cuenta esta vocación, que lo hace depositario del pasado prehispánico de México y de su presente etnográfico, en 1998 se tomó la crucial decisión de llevar a cabo su renovación, que concluyó con la apertura de las salas de Oaxaca y Pueblos Mayas, en el área de Etnografía.

Sus exposiciones se actualizan constantemente con los nuevos conocimientos que brindan las recientes excavaciones arqueológicas y sus estudios correspondientes. Prácticamente en todas las salas de exhibición hay materiales novedosos, algunos de los cuales apenas fueron recuperados del silencio secular en el que se encontraban.

Asimismo, durante el recorrido del museo los visitantes pueden encontrarse con exposiciones temporales temáticas en la Sala de las Culturas Indígenas.

La secuencia de las salas del Preclásico, Teotihuacan, Tolteca y Mexica que ocupan el ala norte y el fondo de la planta baja del edificio recrean la evolución cultural, política y artística que se dio en el centro de México por más de treinta siglos, y explican cómo las sociedades prehispánicas se fueron transformando de grupos de agricultores que habitaban aldeas y rancherías en poderosos estados militaristas que integraron imperios de gran poderío, como el de los mexicas, que nos legó el más impresionante conjunto de esculturas monumentales, entre las que sobresalen la Coatlicue y la Piedra del Sol.

La Sala de Oaxaca se distingue por su impresionante colección de cerámicas policromadas, y particularmente por las atractivas y valiosas joyas de oro de ingeniosos diseños y técnicas que fueron depositadas como ofrendas funerarias. Este magnífico conjunto de orfebrería es uno de los más ricos e importantes no sólo de nuestro país sino también del mundo.

La Sala de las Culturas del Golfo muestra la diversidad cultural y artística de los olmecas, de los habitantes del centro de Veracruz y de los huastecos, a través de maravillosos objetos tallados en jade, monumentales esculturas –entre ellas las enormes cabezas olmecas– y complicadas figuras y recipientes modelados en cerámica.

La reiterada elegancia de la sala dedicada al arte y la cultura maya se enriquece con el reciente trabajo de conservación del ajuar funerario dePacal, el gobernante más conocido de la dinastía palencana, cuya impresionante máscara de mosaicos de jade observa al visitante, con sus ojos de concha y obsidiana, desde lo más profundo del tiempo.

Por: Felipe Solís

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