Las playas de este recinto natural son de extensiones asombrosas con oscilaciones que produce la marea. Reconocido como la capital del camarón de Baja California, en este excepcional lugar se pueden visitar las numerosas cavernas con pinturas rupestres y hacer recorridos ecológicos al Valle de los Gigantes para ver los cardones que miden más de 17 metros de altura. También, se pueden encontrar lugares para acampar en la playa y estar en contacto con la brisa del mar, contemplar la cordillera de la Sierra de San Pedro Mártir cuyo pico más alto mide 3,070 metros de altura. Así como practicar buena pesca deportiva casi todo el año en sus templadas aguas. Al bajar la marea, es una experiencia singular, el poder caminar e irse adentrando en metros y metros de arena que horas antes, estaba totalmente cubierta de agua salada.
Historia
La peninsula de Baja California fue descubierta por Hernán Cortés el 3 de mayo de 1535. La historia de San Felipe comienza poco después con las expediciones de Francisco de Ulloa, uno de los capitantes de Cortés, quien navegó su bahía en septiembre de 1535. En 1536, Hernándo de Alarcón y Domingo Castillo exploraron la región e hicieron una mapa detallado de la península, dándole a San Felipe su nombre original: Santa Catalina.
Después de una largo periodo, el padre misionero Eusebio Kino redescubrió la región en 1701. Juan de Ugarte construyó un barco en Baja California y exploró el área, llegando a San Felipe el 5 de julio de 1721. Veinticinco años más (ca. 1746) tarde Fernando Consag arribó a la bahía y le dio el nombre de San Felipe de Jesús. El misionero Wenceslaus Linck fue la primer persona en llegar a San Felipe por tierra en 1766, y en 1772 el teniente José Joaquín de Arrillaga, que sería luego gobernador interino de las Californias, comenzó a usar la bahía como puerto y estableció una ruta por tierra de San Felipe a Ensenada a través del Valle de la Trinidad.
No fue sino hasta 1925, durante la administración del General Abelardo L. Rodríguez, gobernador del Territorio Norte de la Baja California, que San Felipe empezó a desarrollarse, cuando los primeros campos pesqueros se establecieron y el gobernador organizó la primera subdelegación y la primera escuela. Octavio Vega Ruiz fue nombrado subdelegado y así las bases del crecimiento de San Felipe fueron establecidas durante su administración de 1926 a 1942.
La transportación marítima de personas y mercancías también contribuyó a la consolidación de San Felipe como asentamiento. Entre los barcos más célebres de aquel tiempo fundacional, se encuentran el “Trieste” de José Ascolani; el “Pacita” y el “Río Colorado” propiedad de Arnulfo Liera. Al final de la segunda década del siglo veinte, San Felipe contaba con alrededor de 100 habitantes permanentes, en 1940 aparece por vez primera en el censo de población con 287 habitantes.
Para 1947, la Compañía Industrial del Golfo de Cortés, propiedad de José María Rodríguez Luján, le compró terrenos a Guillermo Andrade para construir un centro de turismo internacional. La carretera Mexicali-San Felipe comenzó a pavimentarse en 1948 y fue completada en 1951, al mismo tiempo que el hotel “Augies” (después nombrado subsecuentemente: “Villa del Mar”, “Trucha Vagabunda” y “Las Palmas Inn”) de 15 habitaciones, abrió sus puertas. En 1959, El motel “El Cortés” abrió al público.
Muchos nuevos hoteles se establecieron durante la década de 1960: el “Hotel Riviera”, “El Pescador”, “Arnold´s del Mar” y “Arco Iris”, y los campos turísticos: “Costa Azul”, “Las Arenas”, “Miramar”, “Playa Bonita”, “Playa Laura”, y “Rubén´s”. El Puerto se electrificó en 1963 y tuvo red de agua potable para 1967. En la década de 1970 se establecieron el edificio de gobierno, varios restaurantes, bares, estaciones de gasolina, una pequeña marina, el aeropuerto, el malecón, el bulevar principal y el sistema de drenaje, así como también el primer hotel de cuatro estrellas, llamado: “Playas de San Felipe” seguido del “Hotel Fiesta”. El hotel “La Hacienda” abrió en 1980; el “Marina Resort and Spa” en 1993.
A inicios del siglo XXI el ingreso económico de San Felipe dependía, en orden de importancia, del turismo, de la flota camaronera y de la pesca en general.
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