El Chile en nogada

Por Alejandra Salazar

Es un platillo muy representativo de Puebla y la temporada para su disfrute va de julio a septiembre; sin embargo, hablar del chile en nogada no sólo implica hablar de sus ingredientes y de la receta gastronómica, sino de la independencia de toda una nación.

Fue en el año de 1821 cuando se consuma la independencia de México y se confecciona la bandera de las Tres Garantías: verde por la independencia, blanco por la religión y rojo por la unión.

Se dice que el 28 de agosto de ese año, antes de la consumación, Agustín de Iturbide -quien un año más tarde sería coronado Emperador de México- se trasladó a Puebla después de firmar el Tratado de Córdoba para festejar “su santo”. El lugar se adornó con los 3 colores de la bandera naciente y el banquete consistía en una gran variedad de platillos poblanos, elaborados por las monjas agustinas del Convento de Santa Mónica (que ya tenían fama de grandes cocineras), confeccionados con los ingredientes de temporada y buscando encajar también en los colores de la bandera: nuez de castilla tierna, la granada de corona y bermellón para que la salsa y los granos tuvieran ese color blanco y rojo, completando con el verde de las hojitas de perejil para adornar el chile.

Se cuentan varias versiones del origen de este platillo ya sea desde la perspectiva de la creatividad de las monjas agustinas o desde la grandeza de su fe. Lo que sí coincide en todas ellas es que la preparación de los chiles en nogada fue la manera de hermanarse con la nación y con Iturbide, para celebrar lo especial de la ocasión y, hasta el día de hoy, este platillo continua siendo un agasaje para la vista y el paladar, muy representativo de un hecho de la historia del México Independiente.

*Imagen tomada de la red www.info7.mx

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