El Palacio Nacional, Ciudad de México

El Palacio Nacional ha sido testigo de gran parte de la historia de México, casa de Virreyes y de Emperadores, este edificio observa celosamente la plaza más importante del país de la cual él se sabe parte fundamental. Una belleza colonial.

En sus 40 mil metros cuadrados la historia no ha descansado jamás, pues aquí estaban las casas de Moctezuma Xocoyotzin, noveno y último emperador Mexica.

Después de la conquista del pueblo mexica, Hernán Cortés y su hijo se apropiaron de esta zona y después se la vendieron a la corona española para edificar ahí la el Palacio de los Virreyes.

También fue casa del primer emperador mexicano, Agustín de Iturbide quien disfrutaba las corridas de Toros en la plaza del Zócalo, y que le tendían un puente desde el balcón central hasta la barrera del improvisado ruedo.

Ahí se instituyó la primera Cámara de Diputados del México independiente, durante 43 años a partir de 1829. Por ello fue el espacio donde se vivieron intensos debates entre conservadores y liberales, centralistas y federalistas, monárquicos y republicanos, y donde se juró la Constitución de 1857, donde se establecieron bases de respeto a las garantías y se gestaba un México moderno.

Maximiliano, el segundo emperador de México le cambio el nombre de Palacio de los Virreyes a Palacio Imperial, hasta que fue derrocado por Benito Juárez y este le dejó el nombre con lo que le conocemos actualmente.

Diego Rivera dejó plasmado su arte en varios de sus muros que aún hoy son visitados por millones de personas al año.

Hoy el Palacio Nacional es un orgullo para todos los mexicanos.

Fuente: México lindo y querido

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