Una breve del huitlacoche

Por Alejandra Salazar

Ya se ha hablado de la importancia del maíz en la alimentación de las culturas prehispánicas y de los productos que de él se pueden obtener. Como la mayoría de los cultivos, es susceptible a plagas y gusanos, mismos que también tienen relevancia desde ese tiempo hasta nuestros días en la gastronomía mexicana.

Así como el gusano de maíz que se consume aún en comunidades rurales, otro de los "productos" de temporada que se forman en el maíz es el huitlacoche –también llamado “cuitlacoche” en el México prehispánico-, que es un hongo que se desarrolla en la mazorca tierna del maíz durante los meses de julio a septiembre.

Los indígenas de la antigüedad lo usaban para preparar sus “tortillas de huitlacoche”, algo parecido a lo que ahora llamamos quesadilla o doblada con huitlacoche.

Sabemos que la gastronomía mexicana está reconocida por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad y, como ha sucedido con otros productos agrícolas mexicanos, el huitlacoche es apreciado y distinguido a nivel internacional, tal es el caso de Alemania, Francia o Estados Unidos, naciones donde han tenido a bien llamarlo “trufa mexicana” o “caviar azteca”.

Es amplia la variedad de platillos que pueden prepararse con el huitlacoche, México en ese sentido es muy creativo y el “caviar azteca” muy generoso; por ello no es difícil encontrarlo en unas ricas quesadillas preparadas en un tianguis o en el menú de cremas o rellenos de un fino y lujoso restaurante de comida internacional.

Además, si consideramos que su valor nutrimental es alto en fibra, lisina, Omega 3 y Omega 6, azúcares de baja digestión, sustancias con propiedades antitumorales, inmunoestimulantes y antioxidantes, concluimos que el huitlacoche es un alimento altamente recomendable para disfrutar e incluirse en nuestra dieta regular.

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