Zona Arqueológica El Balcón de Montezuma, Tamaulipas

Se localiza a 24 kilómetros de ciudad Victoria, en plena sierra Madre Oriental, en una especie de “divisadero” hacia la planicie.

Aunque abandonado, ha recibido atención en los últimos años, dado que forma parte de una ruta paleontológica y arqueológica.

Al lugar se le conoce como la Formación Jurásica de El Huizachal, comunidad que se encuentra en la parte baja del cañón.

Los investigadores, como Jesús Nares Zamora, del Instituto Nacional de Antropología e Historia, encontraron algunos restos humanos en El Balcón de Montezuma, a principios de los años noventas del siglo XX.

El acceso ya no es nada fácil.

Al llegar al ejido Altas Cumbres, por la carretera a Jaumave (por la sierra, camino viejo), tuvimos que dejar nuestro vehículo, debido a que el acceso se encuentra deteriorado. En otros tiempos, los ejidatarios impidieron que el ayuntamiento lo revistiera, debido a un pleito interno que traen.

De ahí seguimos caminando unos seis kilómetros por una brecha, hacia abajo, y ahí está lo que se le llama “Montezuma”, según esto en referencia a que hay montes, y no al Emperador Moctezuma, que no es lo mismo.

Allí todo está abandonado, aunque en otros tiempos permaneció desmontado y había vigilancia de parte de las autoridades de Antropología e Historia.

Las escalinatas que recorrimos tienen aproximadamente 80 peldaños, elaboradas en afloramientos naturales de laja, utilizada posteriormente como acceso.

En la parte superior del cerro, pudimos observar basamentos circulares, hechos de grandes piedras calizas, rellenas de tierra.

Los investigadores dicen que la mayoría de los basamentos tienen de ocho a diez metros de diámetro, su altura varía de unos 60 centímetros hasta más de dos metros. Algunas tienen escaleras de acceso que se abren hacia afuera en forma de abanico.

Estos basamentos se agrupan en dos espacios abiertos; en el centro encontramos uno más pequeño, aunque similar a los demás, y que probablemente fue utilizado como altar.

Parecen haber sido ubicados de manera estratégica y de forma defensiva, como para cuidar que nadie los destruyera, ya que se encuentran rodeadas por profundos barrancos.

SU RESCATE SE INICIO EN 1988

El arqueólogo Jesús Nares Zamora, ahora desaparecido, fue el que inició la labor de rescate y restauración en 1988.

Entre los hallazgos encontraron los restos óseos de un niño de aproximadamente tres o cuatro años, que presentaba mutilación dentaria.

También fragmentos de cerámica, fracciones de piedra para molienda, tejolotes para moler y algunas cazuelas de elaboración muy simple.

Nos comentan que actualmente es utilizado por algunos agentes del gobierno.

En otros tiempos se pensó que el lugar se llamaba Balcón de Moctezuma.

Con varias formaciones o basificación de casas, se cree que el lugar fue habitado por los huastecos. Sería el lugar más al norte que llegaron, aparte de Soto la Marina.

Las tribus del norte eran nómadas y no conocían la agricultura como los huastecos.

Parece que hay poca información sobre este lugar, aunque no deja de ser interesante.

Otros investigadores han estado en el lugar, pero señalan que los presuntos huesos no corresponden a humanos sino a animales

LA FORMACIÓN JURÁSICA

Y más abajo, en El Huizachal, se ubica la zona paleontológica que han visitado investigadores de diversas instituciones nacionales y de otros países.

Los investigadores hallaron dos cráneos articulados y materiales asociados a la formación jurásica inferior-media.

Esto es, restos de la era de los dinosaurios.

Afirman que representa a un nuevo género y especie.

Ya se le conoce como Tamaulipasaurus Moreno.

El cráneo es similar superficialmente al de los escamados excavadores.

En resumen: Fue una especie de pájaro gigante con el pico muy largo que existió hace millones de años.

La definición técnica indica que los hallazgos presentan caracteres plesiomorfos, tales como una barra temporal inferior.

Las relaciones filogenéticas del Tamaulipasaurus Moreno, agregan, son difíciles de evaluar debido a las adaptaciones cavadoras que oscurecen la morfología.

Ciudad Victoria recibe información del Museo de Historia de Nueva York, y del Instituto de Geología de la UNAM.


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