Bellezas naturales de México: Cascada de Texolo, Veracruz

Envuelta en su halo de misterio y misticismo, la majestuosa cascada de Texolo atrae a cientos de turistas. Apenas comienzan las vacaciones y el lugar ya recibe a familias enteras con niños, jóvenes lectores que ya la conocen y regresan una y otra vez, así como a turistas nacionales e internacionales.

Famosa por la portentosa caída de agua, así como por sus leyendas en las que se dice que se escuchan los gritos y gemidos de "La llorona" o que es una puerta a la cuarta dimensión donde sólo algunos privilegiados pueden ingresar y ver a criaturas del supramundo, la cascada atrae a propios y extraños.

Ubicada a 19 kilómetros de Xalapa, Veracruz y a tres de Xicochimalco, por el camino a la comunidad de Otlaxpa, la zona impacta por su verde exuberante, por sus fincas de café y plátano, por su rica flora y fauna, que invitan a la recreación visual y auditiva.

Miles de murmullos envuelven la región, desde el camino impecablemente limpio y cuidado, hasta la imponente caída de agua y su riqueza ecológica. Ahí no sólo se escucha a los pájaros, a las chicharras y al viento, sino que también se perciben murmullos, voces humanas, de las cuales nunca se ubica a los parlantes.

Por el camino a la cascada de "La monja", según contó José Luis Córdoba, trabajador de limpieza y conservación de la zona, se escuchan voces de personas que platican entre sí, sin embargo al voltear para ubicarlas no hay nadie. Las voces avanzan, no son estáticas, por lo que al voltear para otra parte a ver quién anda por ahí, "tampoco hay nadie", aseguró.

Y es que en esa cascada han muerto varias personas ahogadas, según lo constata una media docena de cruces colgadas de un árbol y otras en lo alto de la roca, desde donde se supone se han aventado al agua para no volver a salir con vida.

Ahí hay avisos que advierten que la poza es peligrosa, ya que tiene más de diez metros de profundidad, además de que en julio y agosto arrastra avenidas de las lluvias, por lo que el caudal crece.

"Pero la gente no lee o no respeta los avisos y aún así se avienta al agua. El último muertito que tuvimos aquí fue el 5 de marzo. Era un muchacho que se veía venía bien tronado, hasta echó bronca cuando se le preguntó adónde iba, a lo que sólo le contestaron allá Dios que te ampare, pero ya no regresó con vida", contó el trabajador que tiene tres años al cuidado de la limpieza de la zona.

Dijo que la cascada no cierra sus puertas durante la noche, por lo que hay grupos que llegan hasta las diez y once. "Sólo hay un grupo de policías que vienen a cuidar, pero a pesar de eso la capilla a veces aparece rallada y pintarrajeada. También las matas de plátano aparecen dobladas y rotas o sobre el camino, se ve que son banditas o jóvenes que sólo vienen a tomar y a hacer destrozos.

El llega antes de las 8 de la mañana a sus labores, por lo que ha tenido la oportunidad de además de los ruidos normales de la zona, escuchar voces y murmullos de pláticas y gemidos como de llanto, que al tratar de ubicar o ver a las personas, "nomás no se ven".

"La gente cuenta que también se escuchan los gritos y quejidos de La Llorona, pero ésos sí la verdad yo no los he escuchado, lo único que sí son las voces allá por la cascada de La monja, porque ahí varios cristianos han muerto", asentó.

A pesar de las leyendas y los mitos de espantos en esa zona, la gente llega en parejas, con niños y sin ellos, toda la familia con canasta de lunch y las bebidas frescas y espumosas para disfrutar de la comida en la espectacular cascada de "La monja".

Ahí, jóvenes, adultos y niños disfrutan de la majestuosidad de esta caída de agua, que a diferencia de la principal no es tan alta ni tan imponente, sin embargo es tan bonita o más porque se puede apreciar de mucho más cerca, que hasta se siente la brisa fresca en el rostro y el cuerpo.

Algunos, con sumo cuidado y el respeto que se merece el lugar, se descalzan para disfrutar de la frescura del agua en los pies. Otros más leen, meditan, observan, descansan y hasta duermen sobre las rocas, muy cerca de la espumosa salida del líquido.

Algunos grupos de personas que llegan a la zona para meditar por el alto grado de misticismo que posee, aseguran que se abren puertas hacia otra dimensión donde sólo los "ungidos" tienen la oportunidad de ingresar y convivir con criaturas de otros mundos aún ocultos e inalcanzables para el común de los visitantes.


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