Paisaje Agavero

Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 2006, el paisaje agavero de Jalisco es cuna de una de las bebidas más representativas de México.

Se trata sin duda de una región excepcional y paradigmática que se desarrolló y creció acompañando la historia de una importante región de nuestro país. Ese paisaje que formaba parte de la vida interna de las haciendas productoras de tequila desde hace más de 200 años. Los cultivos de la planta azul, destilerías, factorías, tabernas, destilerías clandestinas de la época de la administración colonial, asentamientos urbanos de Tequila, Arenal y Amatitlan, además de los vestigios arqueológicos de Teuchitlán.

Cuando los peninsulares se dieron cuenta que estas pencas contenían azúcares que podían formar alcohol, emprendieron la tarea de cocer las piñas para fermentar después los jugos y obtener el mosto que pasaría después por el sistema de destilación que los árabes había llevado a España. Así obtuvieron una bebida llamada vino mezcal. En el caso del agave conocido con el nombre científico de tequilana Weber, se ha hecho famoso en el mundo como fenómeno cultural llamado tequila.

Hoy como antes, resulta muy atractivo hacer el viaje para conocer de cerca el paisaje agavero. Apenas a unos 60 kilómetros al oeste de Guadalajara aparecen los primeros campos agaveros que incluso invaden ya los acotamientos de carreteras y autopistas.

La fama del tequila se extendió por el mundo. Hoy este fenómeno cultural conocido como paisaje agavero tiene miles de visitantes que se entusiasman al tomar por la carretera número 15 y descubrir lugares del corazón tequilero como Arenal, Amatitlan y el Pueblo Mágico de Tequila.

Una escapada puede resultar especial para aquellos que desean acompañar la bebida de agave azul con la magia de los productos de la cocina jalisciense. Cómo resistirse a una birria original, un pozole y unas ricas tostadas auténticamente regionales, en medio de un ambiente tradicional que termina por subyugar a los más escépticos.

Teuchitlán se ha convertido en un imán para todos aquellos que se interesan en la búsqueda de los orígenes de las culturas mexicanas. Por su posición geográfica, Teuchitlán forma parte del paisaje agavero y es evidente que fue por estos lares donde el ingenio de los pobladores descubrió la piña del agave y su primer cocimiento para obtener los jugos de la planta.


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