El significado del nombre de México

Para algunos lingüistas la palabra México está compuesta de dos vocablos: metl que significa maguey y xitli que significa ombligo. México puede significar: “donde está el dios Mexictli” o bien “ombligo de maguey”. En cambio, para el escritor de origen italiano Gutierre Tibón, Mexi significa Luna y el nombre de México puede significar “centro del lago de la luna”, “en el centro de la luna” o también “en el ombligo de la luna”. 

La palabra México es la traducción náhuatl del nombre otomí del islote que los mexicas llegaron a ocupar en el Lago de Texcoco. A toda esa región del altiplano central se le llamaba Anáhuac, que significa cerca del agua o lugar rodeado de agua. 

Esa isla también era conocida como Tenochtitlan, que significa lugar de tunas silvestres. Un derivado es Tlalpan que significa tierra tenochca. La leyenda nos dice que un sacerdote llamado Mexictli, quien luego toma el nombre de Tenoch por la isla y que al morir, lo convirtieron en dios llamado Huitzilopochtli, que significa “colibrí zurdo” y que además era conocido como Mexi, Mexitli o Mecitli. 

Huitzilopochtli, el llamado “Precioso Izquierdo” en alusión al sur, es la izquierda del mundo, porque precisamente está en ese lado del mundo. Es una deidad que hace referencia a la adoración del sol y que según la leyenda, nació de una mujer sin concurso de varón. Su madre era la Coatlicue quien se encontraba barriendo cuando encontró una pluma que luego guardó sobre su vientre. Su hermana, la Coyolxauqui , enfadada por el embarazo de su madre, hace una conspiración junto con las estrellas para darle muerte a la Coatlicue. Entonces se da el nacimiento de Huitzilopochtli, portando la espada de fuego conocida como el Xicoatl, quien dio muerte a la Coyolxauqui desmembrando sus extremidades. 

Según la tradición tenochca, todo éste episodio ocurrió en el Cerro de la Estrella que está actualmente en el Estado de Hidalgo. Entonces, un hijo de la Malinalxochitl – hermana de 
Huitzilopochtli- llamado Copil, retó a su primo a un duelo. El “Colibrí Zurdo” lo mata y le saca el corazón. Donde cayó el corazón, floreció el nopal que era la señal que andaban buscando para establecer la Ciudad Prometida. Los sacrificios que se hacían en honor al “Precioso Izquierdo” eran ritos en los que se ofrendaba la sangre y el corazón de las víctimas. Uno de sus templos era Huitzilopocho, cuyo nombre deformado por los españoles quedó en Churubusco. 

En torno a Copil, quien como ya se mencionó, era hijo de la Malinalxochtl , hermana de Huitzilopochtli y que fue abandonada por los mexicas en Coatepec durante la llamada Peregrinación. Cuando los mexicas se hallaban en Chapultepec, Copil concertó con los pueblos comarcanos que los atacaran y destruyeran. Cuando Copil estaba aguardando la aniquilación de los mexicas en el actual peñón de los Baños, los sacerdotes mexicas le aprehendieron y le sacaron el corazón que tiraron en la laguna. Del corazón de Copil nace un tenochtli (te- piedra y nochitli- tuna) que es un nopal que produce pequeñas tunas. Sobre ese nopal como ya se había señalado, los mexicas vieron el símbolo para establecerse. Actualmente existe una población llamada Copilco al sur del Distrito Federal, situado al extremo norte del Pedregal de San Ángel. 

Precisamente el Templo Mayor, hacía alusión al nacimiento del Colibrí Zurdo, en cuyo honor sacrifican a las víctimas, a las cuales después de sacarles el corazón se lo ofrecían. Pues creían que su dios, al que relacionaban con el sol, se alimentaba de la sangre, fortaleciéndose para continuar su eterna lucha con la noche y su oscuridad, para resurgir al día siguiente como dador de vida. Luego tiraban los retos humanos por las escalinatas de la pirámide. Cuando los cadáveres llegaban al suelo, muchos de ellos perdían sus extremidades, al igual que sucedió con la Coyolxauqui. 

De hecho, el emperador mexica, que era representante terrenal del Dios Huitzilopochtli, el llamado Gran Tlatoani y cuya función litúrgica era fundamentalmente el uso de la palabra, portaba la Serpiente de Fuego, el Xicoatl, que se decía era la que les daba la victoria a los ejércitos mexicas durante las guerras floridas. Se dice precisamente que durante el asedio a la Ciudad de México entre 1519 y 1521, los españoles vieron como uno de los sacerdotes portaba el bastón de mando, hecho con oro macizo e incrustaciones de piedras preciosas en los ojos, se echaron sobre él para arrebatarle el Xicoatl, cuyo uso era sagrado. Cuando los guerreros vieron que tal preciado objeto era usado por los españoles, moralmente lo consideraron como una señal invariable de derrota. 

Pues bien, los habitantes del Valle de México eran conocidos como nahuas, que era una nación de indios de la rama de los shoshones de Norteamérica y que se extendieron hasta Centroamérica. El término viene del “náhuatl” que significa cosa que suena bien como campana. Míticamente procedían de un lugar conocido como Aztlán, que significa lugar de las garzas y por ende el gentilicio azteca: aztatl igual a garza y tecatl, gente de ahí. 

Regresando al nombre de México. Para los mexicas no había sonido de X. Este fue introducido por los españoles. El equivalente era la SH cuyo uso se conservó hasta el siglo XVI y XVII, para luego convertirse en J o S como la antigua X española que se pronunciaba SH y en algunas ocasiones CH. 

Méshico escrito México da Méjico, palabra que se usó hasta mediados del siglo XIX y que los liberales, con la intención de regresar y alabar al pasado prehispánico cambiaron la J por la X. Muchos conservadores e hispanistas aún usan la palabra Méjico. Lo cual ha traído interesantes discusiones como las que sostuvieron Alfonso Reyes y Alfonso Junco. Curiosamente la X con equivalencia a J es de procedencia gallega. 

En el castellano que se habla en México, la X tiene tres valores fonéticos: KS en palabras derivadas del griego, por ejemplo la palabra Xenofobia; SH en palabras mexicanas como Xochimilco y como J en nombres geográficos como México, Oaxaca y Texas. 

Antonio Guerrero Aguilar 
Publicado en SNHGE el 8-05-2010

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