Zona Arqueológica de Huamango, Estado de México

En el estado de México se encuentra el Valle de Acambay, donde se yergue la meseta de San Miguel, una formación sobre la que los antiguos otomíes construyeron lo que hoy conocemos como el sitio arqueológico de Huamango, que significa “Lugar de Vigas” o de “Madera sin Labrar.”

En esté enigmático lugar se asentaron los Otomíes entre los años 900 y 1300 d.C. Su edificación sobre la mesa de San Miguel permitía a sus habitantes, a través de su emplazamiento estratégico, la vigilancia de los movimientos de pobladores y productos de las regiones occidente y norte. De igual manera, Huamango era considerado como centro ceremonial y es probable que ahí se realizaran ceremonias religiosas dedicadas a las deidades principales de los otomíes, el Padre Viejo, dios asociado con el Sol y el Fuego; y a la Madre Vieja, diosa relacionada con la luna y la tierra, creencias que aún perduran.

La exploración de este sitio permitió establecer tentativamente, dos períodos de ocupación: uno que va de 900 al 1100, donde se aprecian similitudes con la zona arqueológica de Tula (incensarios, braseros y ollas que sirvieron de ofrenda a entierros); y otra alrededor del año 1200-1300 de nuestra era, que presenta evidencias que la correlacionan con las zonas de Teotenango y Calixtlahuaca.

Los lugares que están abiertos al público son “El Palacio”, en donde encontraron indicios de la edificación de un templo-habitación, compuesto de un corredor al frente con tres claros de entrada, separados por dos pilastras de madera que daban acceso a un gran espacio en cuyo interior había dos fogones o tlecuiles. La presencia de sahumerios dentro de esta habitación indica además el uso religioso del lugar. Siguiendo con el “Altar” que estuvo revestido de lajas cuatrapeadas que dan información del mismo. Se asocian a rituales de sacrificio.

El “Templo del Guerrero”, se le identificó como templo debido a su forma, altura, cerámica asociada, entierros calcinados depositados al interior de vasijas y el uso continuo en actividades religiosas y muy cerca de esta construcción, se encontró una lápida con la representación de un guerrero.

También encontramos el “Área residencial” donde residían los altos dignatarios indígenas, la presencia de sahumerios al interior de las plataformas habitacionales indica la realización de un culto doméstico y “Plataformas Habitacionales” donde se encontraron elementos al interior de los cuartos entre ellos destacan ollas, un fragmento de cuchara, navajas, raspadores y un fogón, objetos empleados en actividades domésticas que nos muestran algunos aspectos de la vida de los pobladores de este lugar.

El horario para visitar esta hermosa e interesante zona arqueológica es de martes a domingo de 10 a 17 horas, es recomendable llevar gorra, protector solar y agua suficiente, además de muchas ganas de aprender sobre la cultura Otomí.

Fuente: México lindo y querido

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