Lo que no sabías de México-Tenochtitlan

La ciudad que ahora es la capital de nuestro país tiene casi 700 años de haberse fundado. Algunos dicen que nació un 12 de diciembre, otros que el 18 de julio, la fecha más aceptada es el 13 de marzo en 1325.

Los mexicas salieron de Aztlán (lugar mítico al norte de México) guiados por Huitzilopochtli en busca del águila sobre el nopal. Antes de llegar pasaron por veinte sitios distintos; transcurrieron 210 años, o cuatro periodos de 52 años, según el ciclo calendárico de la cultura mexica.

Cuando apareció la señal de su dios, en el lago de Texcoco, fundaron una de las ciudades más asombrosas del mundo. ¿Sabes por qué?

La ciudad de los mexicas. Llegó a ser la ciudad- Estado con mayor fuerza política de Mesoamérica alrededor del siglo XV. Sometieron a poblaciones aledañas y consolidaron una civilización avanzada y compleja.

Una ciudad populosa. Hacia 1519 había en Tenochtitlan entre 80 mil y 300 mil habitantes. Al sumar la población que vivía a orillas del lago llegaban a 700 mil. Para comparar: por esos tiempos Londres tenía 100 mil habitantes.

Una ciudad construida sobre un lago. Los cimientos de la ciudad se hicieron gracias a la colocación de corrales sumergidos, que creaban una base firme para construir edificios. Con los siglos, las construcciones de drenaje han hecho desaparecer la masa de agua de Texcoco.

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Una ciudad blanca. Las crónicas cuentan que los templos, las calzadas, las casas y los canales eran resplandecientes porque se aplanaban con cal. Los españoles la describieron como una ciudad de plata.

Una ciudad hiper comunicada. Tenían un servicio postal muy eficiente, gracias a sus corredores en relevo que hacían tramos de ocho kilómetros. Esto permitía, por ejemplo, que Moctezuma tuviera pescado fresco de Veracruz de un día para otro.

Una ciudad de chinampas. Así se les llamaba al sistema de islas artificiales para cultivo. Producían el doble que en tierra firme porque podían controlar la cantidad de agua y abono con precisión. Además sabían usar desechos orgánicos como abono.

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Una ciudad de personas limpias. En las plazas había baños públicos y gratuitos, pequeñas casitas para las necesidades fisiológicas, con personas dedicadas a limpiarlos. Ellos juntaban los desechos para después utilizarlos como abono.

Una ciudad iluminada. En las noches, antorchas, hogueras y braseros creaban iluminaciones prodigiosas. Las llamas se reflejaban en el lago y lograban una visión hipnótica.

Una ciudad colaborativa. Todos los ciudadanos debían hacer tequio: trabajos a favor de la comunidad. Además de fomentar acciones sociales, creaban la idea de que cada persona era la encargada de cuidar su parte de la ciudad.

Una ciudad casi-vegana. Los mexicas comían insectos, semillas, raíces y plantas. La carne sólo era para ocasiones especiales.


Una ciudad de peatones. La gente se desplazaba a pie por calles y plazas; para viajes largos las canoas surcaban los canales de la ciudad.

Una ciudad de avenidas. Había unos cincuenta edificios de gran tamaño y casas de un piso. Las calzadas principales eran: calzada de Tepeyacac en el norte, calzada de Tlacopan o Tacuba en el oeste y la calzada de Ixtapalapan en el sur. También eran importantes la calzada de Nonoalco y la calzada de Tenayocan.

México-Tenochtitlán cayó entre el 26 de mayo y el 13 de agosto de 1521, tras sangrientas batallas que terminaron dándole el triunfo al ejército de Hernán Cortés.

De la masacre surgió una ciudad diferente, majestuosa en sus claroscuros, que llegaron a llamar La Ciudad de Los Palacios. Pero esa es otra historia.

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