Xochipala, Guerrero

La zona arqueológica de Xochilapa se encuentra en la región semiárida y montañosa del centro del estado de Guerrero. Desde la Ciudad de México se toma la autopista que va a Iguala; después la carretera federal número 95 México-Acapulco. En el kilómetro 190, en la desviación a Filo de Caballo, se recorren 11 kilómetro por carretera pavimentada y 2 kilómetros de terracería. La zona arqueológica se localiza a 3 kilómetros del poblado de Xochipala.

Xochipala recibe el nombre de Los Órganos o La Organera, sin embargo, para diferenciarlo de otros sitios arqueológicos de la entidad, se le agregó el de Xochipala. El poblado está asentado sobre restos prehispánicos y en lengua náhuatl significa “la flor que pinta de rojo”.

La Organera Xochipala, es poco conocida arqueológicamente y ha sido saqueada durante varias décadas, sin embargo, investigaciones recientes permiten esbozar su desarrollo histórico-cultural; sabemos que formó parte de la cultura mezcala.

La Organera Xochipala tuvo su apogeo de 650 a 900 d.C y abarca 18 000 metros cuadrados; sus edificios corresponden a un estilo arquitectónico peculiar; algunos cuartos y basamentos están decorados con hileras de piezas circulares de piedra conocidas como clavos; otros con elementos semejantes a los tableros en escapulario de la zona oaxaqueña y unos más están techados con lajas saledizas, sistema conocido como bóveda falsa.

Su surgimiento se debió a varios factores, entre los que sobresale la defensa de su territorio, ya que junto con otros sitios contemporáneos protegió las tierras de cultivo del valle conocido como El Llano. Se desconocen las causas del decaimiento y abandono de esta antigua ciudad, de la cual se han identificado cinco etapas constructivas que abarcan desde el Clásico Temprano hasta el Posclásico Tardío.

La más antigua se construyó directamente en el lecho rocoso. De esta etapa se han localizado muros o cimientos hechos con grandes bloques de piedra caliza y unidos con mezcla, asociados a fragmentos de vasijas que al parecer corresponden al Clásico Temprano (200 a 350 d.C.), aunque es posible que existan restos más antiguos.

De la siguiente etapa constructiva destaca una pequeña construcción techada con bóveda falsa, tal vez una tumba, así como el esqueleto de un adolescente que estaba sepultado entre las piedras de un muro, y que tal vez constituyó una ofrenda.

La tercera etapa, a la cual se cree que pertenecen la mayor parte de los edificios expuestos, tuvo su máximo desarrollo durante el Epiclásico. La escasa cerámica foránea relacionada con esta tercera etapa parece proceder de Teotihuacan. Un tiesto decorado con la figura de un personaje ataviado con tocado de reptil ha sido fechado entre 650 y 750 d. C.

La cuarta etapa, entre 900 y 1200 d.C., constituye el momento de decadencia del sitio, cuando antiguos palacios fueron reutilizados como habitaciones o graneros y las columnas reusadas como material constructivo para muros y basamentos. La última etapa constructiva ocurrió hacia 1400 d.C.; para esta fecha La Organera Xochipala haba sido abandonada y sus construcciones se encontraban en ruinas.

Durante todas las etapas se elaboró una gran variedad de vasijas de uso doméstico. Entre ellas destaca, por su frecuencia, la cerámica llamada blanca granular, que se caracteriza por su pasta compacta para conservar agua u otros líquidos.

Se han encontrado implementos de piedra, como hachas y cinceles, metates, manos, tejolotes, pulidores, machacadores, puntas de proyectil y navajas de obsidiana, así como punzones de cuerno, hueso y cuentas de cobre de piedra verde y concha; todo esto indica que la zona arqueológica además de cumplir con funciones ceremoniales, civiles y comerciales, estuvo habitada por el grupo dirigente.

Para épocas cercanas a la conquista española, se ha señalado la importancia de la región mezcala como productora de algodón, frutales, sal, semillas (maíz, frijol, calabaza) y sobre todo, de plantas medicinales, figuras y cuentas talladas en piedra verde que seguramente fueron intercambiadas con pueblos asentados en lugares lejanos.

Fuente: México lindo y querido

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